No es extraño conocer a algún amigo o familiar que presenta una particular repulsión por cualquier tipo de reptiles.
Descubre al dragón de pared
Están quienes no pueden ni cruzarse con un sapo, ya que estos le generan un nivel de asco e incluso un miedo muy especial a un reptil que no les ha hecho absolutamente nada y lo que es peor aún, ni siquiera se les ha acercado por elección, ya que este como otros en su tipo de animales preferirían no entrar en contacto con los seres humanos, ya que son más las veces que los dañan que las que reciben algún tipo de buen trato de parte de ellos.
Esta repulsa hacia los reptiles, que puede deberse entre otras cosas a la sensación que dan al tacto estos animales por ser de sangre fría, también la sufre el dragón de pared, al que se lo suele ver en las alturas de nuestras paredes cuando salen de los lugares donde se esconden durante las cortas noches de verano en busca de alimento.
Estos, como otros en la familia de reptiles, más allá de no molestarnos en absoluto, cumplen un rol muy importante en la regulación de los ecosistemas en los que nos encontramos, actuando como un insecticida natural entre otras de sus funciones beneficiosas para el ser humano, algo que debería fomentar la afinidad del nosotros con ellos, ya que en realidad nos están sirviendo de mucho.
En este informe explicaremos qué son los dragones de pared y por qué es un aliado importante para nuestra vida.
¿Qué es el dragón de pared?
Al famoso dragón de pared lo podemos conocer también con el nombre de Salamanquesa, o en el plano científico como Tarentola Mauritánica y es un reptil en forma de pequeño dragón.
También se lo podría asociar con un cocodrilo a escala, que alcanza en sus ejemplares más grandes un máximo de 16 centímetros de longitud y presenta un color entre gris, pardo y amarillento dependiendo de la cantidad de luz que se refleje en ellos cuando los estamos observando, pareciendo también en ocasiones mostrar un color verde.
Es un animal cuyo cuerpo se encuentra cubierto de escamas, como solemos ver en la mayoría de los reptiles, una cola espinosa y una de las características corporales más fascinantes remite a una pilosidad que posee en sus manos y dedos que les permite adherirse a las superficies verticales, como ser las paredes e incluso a los techos, quedando en una posición completamente vertical al suelo.
A la salamanquesa la veremos en actividad solamente durante la noche, mientras que de día su andar se reduce a calentarse al sol durante las mañanas para luego permanecer inactiva durante el resto del día, esperando a su momento cuando se ponga el sol.
Un mito sobre la salamanquesa
Seguramente fruto de los rumores de los detractores de todo reptil y también del dragón de pared es el mito acerca de que estos se alimentan del algodón de nuestras prendas, por lo que, quienes creen estas habladurías toman una actitud displicente con respecto a estos animalitos e incluso intentan ahuyentarlos para que no utilicen la ropa de sus vestidores como alimento.
Esto es por demás un mito, ya que las salamanquesas no solo no se harán cargo de nuestros tejidos sino que, en el caso de que encontremos una en nuestro ropero, será beneficiosa, ya que sí se comerá cualquier insecto que pueda acceder a este, entre los cuales se encuentran un delicioso platillo para ellas que son las polillas, bicho que sí se sirve de nuestras prendas y las deteriora.
El dragón de pared es un insecticida natural
Separándonos de esos mitos que dejan mal parados a estos simpáticos y pequeños reptiles, tendremos que hacer hincapié en uno de los grandes beneficios para los seres humanos que nos ofrecen las salamanquesas o dragones de pared, ejerciendo una regulación importante en nuestro ecosistema y un equilibrio especial para nosotros, que es que se alimenta de todos los insectos que se pueden encontrar en las inmediaciones o en nuestro hogar.
El dragón de pared permanecerá semiculto durante todo el día, ya que este no es su horario de acción, al igual que tampoco lo es el de los insectos. Pero cuando cae la noche y los bichos comienzan a moverse por todos los parques o ingresan a nuestros hogares, allí es cuando esta también entrará en acción.
Su modo de alimentarse es quedarse a la espera, apostándose en lugares específicos en los que sabe que insectos o arácnidos pasarán, pero de manera muy sigilosa se queda en espacios que están entre la luz y las sombras, sin importar el tiempo que pase hasta que por fin algún insecto desprevenido se acerque lo suficiente para abalanzarse sobre las presas, entre las cuales se encuentran arañas, escarabajos, cucarachas, polillas, moscas y mosquitos.
El dragón de pared es muy beneficioso
Todas las características anteriores nos dan como resultado que el dragón de pared, lejos de ser nuestro enemigo es más bien nuestro aliado. Nadie puede negar lo engorrosos que son los mosquitos, que en algunos casos nos picarán y nos molestarán y en otros casos son vectores de enfermedades.
Todo esto se regula y hay muchos menos mosquitos si en las inmediaciones de donde vivimos hay poblaciones de salamanquesas, controlando a su paso todo tipo de plagas y haciéndonos vivir una vida con muchos menos molestos insectos.